Saturday, February 10, 2007


OBESIDAD Y COMO TRATARLA

Dr. Frank Atacho Rojas

medicinal natural familiar en general

OBESIDAD
La obesidad es la acumulación de grasa en el tejido adiposo debajo de la piel y alrededor de ciertos órganos internos de organismo. Puede deberse a origen metabólico, defecto de asimilación de grasas o exceso de alimentación. Con el aumento de peso sobreviene cansancio y dificultad para respirar.
Los indicadores más utilizados para determinar el grado de obesidad son: el porcentaje del peso actual con respecto al ideal, y el índice de masa corporal.

Porcentaje de peso actual con respecto al ideal. Son tablas de peso ideal en relación con la talla y la edad. Puede considerarse que una persona tiene sobrepeso cuando supera el 120 % del peso ideal. Sin embargo, estas tablas no tienen en cuenta la corpulencia del individuo.

Índice de masa corporal (IMC). Es un índice fácil de calcular que da una idea más aproximada de la corpulencia del individuo. Se calcula mediante la siguiente fórmula:

IMC= Peso / talla2 (El peso se expresa el kg y la talla en metros)

Por encima de 25, cuanto mayor sea el IMC mayor es el riesgo para la salud.

Prevalencia
Considerando el sobrepeso como un exceso de peso superior al 120% del peso ideal, su prevalencia en los países desarrollados varía del 15 al 40 % de la población. Esta prevalencia aumenta considerablemente con la edad.

Causas

Existen diferentes tipos de paciente obesos con etiologías distintas. Los factores que influyen son los siguientes.
1. Gasto energético.
Un obeso puede ganar grasa debido a que gasta menos energía de la que ingiere, siendo ésta acumulada en el organismo. También puede desarrollar obesidad cuando su gasto energético es inferior al normal. El gasto energético de una persona depende de tres componentes:

Gasto energético basal. Es el gasto en situación de reposo y en condiciones ambientales neutrales. El individuo obeso tiene un gasto energético basal por kilogramo de peso inferior al de un individuo no obeso. Este gasto energético puede tener un componente genético, dado que existen familias que presentan un gasto energético inferior al de otras. Estudios realizados indican que las personas que presentan un menor gasto energético basal pueden ganar peso con más facilidad.

Gasto energético por actividad física. El gasto energético ante una actividad física es superior en la persona obsesa debido a que tiene que hacer un mayor esfuerzo para desplazarse. Sin embargo, los obsesos suelen ser menos activos y realizar menos actividad física.

Gasto energético posprandial. Es el gasto energético que se produce tras la ingesta de alimentos, en los procesos de absorción, digestión y metabolización de los alimentos. Depende la de cantidad de energía ingerida y del tipo de dieta. La persona obesa puede tener un gasto energético posprandial normal o menor que una persona no obesa.

2. Aporte energético en la dieta.
Debido a la dificultad para estimar adecuadamente la ingesta calórica de una persona, es difícil afirmar si una persona obesa ingiere un exceso de energía. Parece ser que en general las personas obesas tienden a subestimar su ingesta calórica, aunque no se sabe con certeza si la hiperfagia (ingesta excesiva de alimentos) asociada a la obesidad es la causa o la consecuencia de la enfermedad.

3. Obesidad neuroendocrina.
Aunque durante años la obesidad se ha considerado una enfermedad endocrina, menos del 3 % de los obesos presentan alteraciones endocrinas significativas. Entre ellas se encuentran:

Obesidad hipofisiaria y suprarrenal. El déficit de hormona del crecimiento (GH), el exceso de producción de ACTH debido a una enfermedad hipofisiaria o el síndrome de Cushing se encuentran asociados con una mayor frecuencia de la obesidad.
Hipotiroidismo grave. Puede acompañarse de un incremento de peso, sobre todo a causa de los edemas.
Síndrome de ovarios poliquísticos. Se caracteriza por la presencia de alteraciones menstruales o falta de menstruación y hirsutismo* que se desarrolla en mujeres jóvenes por lo general tras la primera menstruación. A menudo se acompaña de obesidad.

4. Fármacos asociados al incremento de peso.
Glucocorticoides y ciertos antidepresivos tricíclicos se asocian a un aumento de peso. Los estrógenos solos o los contraceptivos orales, así como los progestágenos se asocian a un incremento de peso debido básicamente a la retención de líquidos.

5. Factores genéticos y ambientales.
La cantidad de grasa y el IMC están estrechamente determinados al nacer, aunque los factores ambientales (estilo de vida, tipo de alimentación) determinarán el grado de obesidad.
Fisiopatología
Cuando se acumulan grasas en el tejido adiposo, aumenta el tamaño de los adipocitos (células grasas) y se produce su hipertrofia. Cuando han alcanzado su tamaño máximo, se forman nuevos adipocitos, que es lo que se conoce como hiperplasia. El paciente muy obeso que desarrolla una hiperplasia y empieza a adelgazar mediante dieta, reducirá el tamaño de los adipocitos, pero no su número.

Según la distribución corporal de la grasa, se puede clasificar la obesidad en androide o ginecoide.
La obesidad androide es más frecuente en varones. Se caracteriza en una acumulación de grasa por encima de la cintura, sobre todo en el abdomen. Es la más perjudicial para la salud al implicar riesgo de padecer hipertensión arterial, enfermedades cardiovasculares, colelitiasis*, hiperinsulinismo y diabetes mellitus.
La obesidad ginecoide es más frecuente en mujeres y se caracteriza por la acumulación de grasa en la mitad inferior del cuerpo, sobre todo en el bajo vientre, caderas y muslos. La hiperplasia es más frecuente en la obesidad ginecoide.

Complicaciones y asociaciones clínicas

Hiperinsulinemia, resistencia a la insulina y diabetes. La prevalencia de diabetes mellitus no insulinodependiente es tres veces superior en personas obesas y casi siempre puede controlarse reduciendo el peso del paciente.

Hipertensión arterial. Se da una alta prevalencia de hipertensión arterial en personas obesas, que disminuye al perder peso.

Enfermedades cardiovasculares. La obesidad puede producir aumento del volumen sanguíneo, del volumen diastólico del ventrículo izquierdo y del gasto cardíaco, dando lugar a hipertrofia y dilatación del ventrículo izquierdo. La insuficiencia cardiaca congestiva y la muerte súbita son mucho más frecuentes en obesos.

Lípidos plasmáticos. Aumento de los niveles de triglicéridos y de LDL- colesterol.

Insuficiencia venosa periférica. A mayor obesidad, mayor riesgo de varices, edemas y tromboembolia..

Problemas respiratorios. Pueden producirse alteraciones de la ventilación pulmonar que conduce a una hipoxia (deficiencia de oxígeno) crónica. También síndrome de apneas obstructivas durante el sueño.

Cáncer. Mayor riesgo de cáncer de endometrio, mama, vesícula y vías biliares en mujeres obesas. En el varón, cáncer de colon, recto y próstata.

Colelitiasis. El paciente obeso presenta un alto riesgo de padecer colelitiasis.

Hiperuricemia (exceso de ácido úrico) y gota.

Problemas psicológicos. La depresión y la ansiedad se presentan con frecuencia en el paciente obeso.

Tratamiento

Dieta hipocalórica.
La dieta debe aportar una cantidad de energía inferior a la necesaria para mantener el peso y, al mismo tiempo, una cantidad equilibrada de nutrientes. El médico deberá determinar el aporte energético necesario y el dietista se encargará de determinar los alimentos adecuados y que sean aceptables para el paciente. La reducción del aporte calórico se realizará disminuyendo el aporte de grasas, alcohol y azúcares simples. En las dietas que aportan menos de 1200 kcal/día es difícil mantener las cantidades de vitaminas y oligoelementos necesarios, por lo que deben prescribirse suplementos de vitaminas y minerales.

Farmacoterapia.
El uso prolongado de fármacos que reducen el peso no se ha mostrado eficaz y produce efectos secundarios. La mayoría de fármacos que reducen el apetito producen importantes efectos secundarios y adicción. Una vez suprimida la medicación, el peso se recupera si no se establecen medidas eficaces de control.

Psicoterapia.
La terapia de conducta unida a la dieta puede ser una herramienta efectiva.
Sus objetivos son: 1) adquirir una serie de conocimientos sobre la dieta, el ejercicio físico y la forma de vida, 2) auto-registros de lo que ingiere el paciente, dónde lo come, con quién, qué sentimientos tiene a la hora de comer y el grado de hambre o saciedad, 3) inducción paulatina de cambios en la forma de comer y el estilo de vida (no comer a deshoras, comer en la mesa, establecer un horario, comer lentamente, no realizar otras actividades mientras se come, etc.), 4) control de los estímulos individuales y sociales que inducen a comer.

Cirugía.
Se utiliza en los casos más graves (IMC superior a 40) y que presentan graves complicaciones secundarias (diabetes, apnea obstructiva durante el sueño, insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial difícil de controlar, tromboflebitis). La cirugía gástrica puede tener los siguientes efectos secundarios: vómitos, intolerancia a ciertos alimentos, intolerancia al frío, y con menor frecuencia dilatación y obstrucción gástrica. La cirugía en el intestino presenta efectos secundarios más graves, como litiasis renal, pseudobstrucción intestinal, osteoporosis, diarrea, deficiencias vitamínicas.
Que podemos hacer:
1. Reducir lo más posible el consumo de harinas y grasas, que son los alimentos que más producen obesidad (papas, pastas, pan, dulces, carne de cerdo, etcétera). La dieta debe ser a base de frutas y verduras.
2. No tomar muchos líquidos, sobre todo bebidas alcohólicas y refrescos.
3. Tomar en ayunas un vaso de agua tibia con el jugo de un limón.
4. Comer zanahorias y lechuga.
5. Hay infinidad de recetas para adelgazar, pero no es bueno seguir cualquiera; antes hay que saber cuál es el origen del aumento de peso.



No comments: